29/10/09

Primeras impresiones

Llegar a un país extraño con costumbres diferentes es más difícil de lo que uno se pudiera imaginar. El problema empieza cuando la cultura, el idioma, las tradiciones y demás; de ellos, no son diferentes, el diferente es uno. Empezando por la barrera del idioma. Aunque el francés y el español tienen orígenes muy similares cuando más de una persona habla al mismo tiempo, el francés deja de ser un idioma para transformarse en sonidos raros sin significado alguno.

Yo no es la primera vez que estoy por estos rumbos, realmente es la cuarta vez que vengo a este país y ya una vez estuve aquí por tres meses. Aquella vez estudie el idioma y ahora sigo con clases, el entender lo que la gente dice no es lo más difícil, el problema es el hablar. Hasta el momento yo sigo siendo “el hombre del presente”, ya que es el único tiempo en el que se conjugar los verbos.

Otra cosa que me está haciendo más difícil escribir sobre mis experiencias aquí es que los teclados tienen acomodadas, de forma diferente, las letras y símbolos; por lo que ahora ya no puedo escribir ni en sus teclados, ni en el mío porque mezclo los dos al escribir.

Tener la barrera del idioma es algo que puede hacer las cosas tan difíciles… Te sientes agredido por todo lo que te rodea, como un estúpido cuando no puedes expresar lo que quieres decir y además la gente se acostumbra a que no puedes platicar así que poco a poco te platican menos y menos hasta que solo se comunican contigo para decirte lo mínimo indispensable para el trabajo. Aunque estés en un lugar donde todos están platicando ni siquiera piensan que tú tienes algo que decir. El problema es que aunque puedas comunicarte, poder mantener una conversación es sumamente complejo y tardado. En mi caso termino desesperado y prefiero olvidar el asunto y “mandarlos por culo” (dicen los españoles que por aquí pululan). Cosa que probablemente no debería hacer. El carácter de los franceses definitivamente no ayuda mucho, pero ni modo, el que decidió venirse para acá fui yo.

Fuera del idioma lo que más trabajo me ha costado es la diferencia del estilo de mi vida anterior y la actual. Antes tenía mi familia, mis amigos, mis compañeros, mi trabajo. Aquí estoy estudiando (que es más parecido a trabajo que a estudios los que hago, la diferencia es que no me pagan) por lo que vivo de mis ahorros, y el problema de no tener ingresos y vivir de tus ahorros es que si por algún motivo se llegan a terminar antes de que cumpla mi año aquí pues me moriré de hambre. El salir a dar una vuelta y que se te antoje un café o un postre o que veas algo que te gusta o simplemente que te de hambre y que sepas que no tienes dinero para comprar absolutamente nada es muy frustrante y depresivo, sin tomar en cuenta que obviamente también es un obstáculo para poder tener cualquier tipo de relación social con las personas que conoces porque cuando los del trabajo salen todos a cenar tú no tienes dinero para salir a cenar, ni para ir a tomar un café, ni una cerveza, ni nada. Yo nunca había experimentado una situación y sensación así. Si había tenido compañeros en la escuela que no salían a hacer la fiesta por no tener dinero, pero nunca me imaginé que fuera una sensación de impotencia y de frustración tan grande.

Así que después de estar un mes en Francia este es el resumen de mis experiencias y de lo que he aprendido:

1. En Francia se habla francés (y no es tan fácil).

2. El no poderte comunicar es un gran impedimento para socializar.

3. En Euros todo es muchísimo más caro.

4. No tener dinero esta de la rechingada.

5. La soledad se siente más fuerte cuando estas realmente solo.

1 comentario:

  1. Alguna vez me tocó ir por trabajo a Estados Unidos y aunque hay mucha gente que habla español yo me imponia a habalr en ingles, cuando regrese a México ya no hablaba ni español ni ingles, ¡ánimo!

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